Edificios saludables desde sus cimientos: eco por fuera y healthy por dentro. Así es la arquitectura del bienestar, una tendencia que pone el foco en el wellness humano por un futuro mejor.
Queremos una vida healthy pero no hay ninguna otra especie que ejerza un impacto tan importante en su entorno como el hombre. Desde hace siglos hemos alterado nuestro hábitat hasta modificarlo por completo. Y no siempre para bien. Afortunadamente, hace unos años la arquitectura salió en nuestro rescate, liderando la preservación del medio ambiente, reduciendo la huella y proyectando con econsciencia. Ahora grandes estudios van más allá volviendo la vista a la calidad del aire que se respira, literalmente, en sus espacios, preocupados por preservar la salud de quienes los habitan, por el impacto que tienen en nosotros los materiales y el tipo de luz. Apuestan por construcciones que aúnan eficiencia energética y sostenibilidad junto con los interiores más saludables. Un arquitecto visionario, Stefano Boeri, ha consagrado su carrera en esta línea, trabajando en una propuesta urbanística radical a gran escala.

Vertical Foresting pretende reforestar las ciudades, transformando las fachadas de los edificios en auténticos bosques verticales, ya que las macrourbes consumen el 75% de los recursos naturales del planeta y emiten el 70% de las emisiones globales de CO2. Boeri ha ideado un ratio: 2 árboles, 8 arbustos y 40 plantas por cada humano. “Es un enfoque holístico. Incluir naturaleza viva en nuestros proyectos tiene un doble efecto positivo. Por un lado, ayuda a preservar multitud de especies, crea ecosistemas urbanos con aire más limpio y reduce la polución. Por otro, está demostrado que rodearse de naturaleza tiene propiedades beneficiosas en nuestra psique”, explica el italiano. Sus trópicos verticales ya están en China, Países Bajos e Italia (el famoso Bosco Verticale milanés); el próximo será el Palazzo Verde en Amberes. La constructora Nava, con base en Denver, es una de las más activas en este campo: “Incluimos soluciones que velan por el confort térmico, acústico y visual. Empleamos el standard MERV-13 de filtración de aire, ampliamos las superficies acristaladas para aportar más luz natural, diseñamos espacios para el ejercicio, amplias zonas ajardinadas y empleamos el diseño biofílico para potenciar la relación entre los seres humanos y el ecosistema”, dice Brian Levitt, su presidente. La arquitectura debe poner al hombre en el centro de la ecuación. Al frente de esta iniciativa encontramos el Global Wellness Institute, organización americana sin ánimo de lucro cuya finalidad es concienciar, y desde Delos Living, compañía pionera, alzan la voz aún más fuerte. Whitney Gray, su vicepresidenta, declaraba hace poco: “Nunca he encontrado un arquitecto o promotor urbanístico con la más mínima formación sobre salud humana”.

Lo preocupante es que, sin saberlo, podemos pasarnos la vida en contacto con materiales con componentes dañinos a la larga: pegamentos que con el tiempo emiten gases nocivos o pinturas y barnices que contienen sustancias cancerígenas. Otro grave problema es la circulación del aire y su nivel de polución. Teniendo en cuenta todo esto, la tecnología puede ser una gran aliada (no hay que olvidar que en países desarrollados pasamos un 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados). Un buen ejemplo de que querer es poder es la alianza entre el arquitecto argentino Alfredo Häberli y la firma alemana de casas prefabricadas Baufritz. Tras varios años de trabajo han logrado una vivienda a prueba de alérgenos, libre de tóxicos y con una capa en techo y paredes protectora del 99% de la radiación externa y de los campos electromagnéticos interiores. Siempre a la vanguardia, el estudio de Zaha Hadid está en pleno proceso de construcción de Alai, un complejo residencial 100% ecológico en la Riviera Maya mexicana que es un ejercicio de drástica reducción del impacto medioambiental con terrazas convertidas en auténticos vergeles tropicales.
Multinacionales y universidades no quieren quedarse atrás. En Singapur, la Escuela de Artes y Diseño de la UTN sentó un precedente único con su cubierta de césped: dos brazos verdes que acogen a estudiantes y profesores. Y recientemente han anunciado otro proyecto: la sede de la Universidad de Tecnología se convertirá en el edificio más grande de Asia realizado íntegramente en madera por obra de RSP Architects Planners & Engineers. Las piezas serán prefrabicadas para que el montaje sea más rápido, menos contaminante y requiera menos mano de obra. Otra muestra en nuestro país son las oficinas madrileñas de la inmobiliaria CBRE, que han conseguido el preciado certificado WELL. O la nueva ubicación de JTI, en Ginebra, firmada por el estudio SOM. Julia Skeete, su Associate Director, resalta de forma inteligente: “Promover la arquitectura del bienestar es fundamental para darle forma al mundo del futuro, teniendo a sus habitantes en mente. No olvidemos que unos y otros pasaremos la mayor parte de nuestras vidas en entornos constructivos”. Que el resto tome nota.


La sede de la compañía JTI (2015) firmada por el estudio SOM en Ginebra: luz natural a raudales, vistas 360º, minimización de la contaminación acústica...

Vía: Revista AD